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/entrenamiento profético

    

     Dios tiene un plan y un propósito para cada generación. El libro de los Hechos indica que el predeterminó el órden de los tiempos y la fronteras de nuestra habitación para que busquemos a Dios porque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Dios está levantando una nueva generación profética como lo declaran los libros de Joel y de los Hechos. Una generación comprometida y entregada que estará dispuesta a pagar el precio que Dios demanda de ella.  Nuestro compromiso es entrenar esa nueva generación, que posiblemente será la que pueda ver literalmente el retorno de nuestro Salvador Jesucristo.

     El profeta Malaquías habla sobre un tiempo en los postreros días en el cual ese espíritu de Elías será derramado para reconciliar el corazón de los hijos a los padres y de los padres hacia los hijos.

 

     "El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres,

no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición" (Malaquías 4:6)

 

 

     Uno de los propósitos de Dios al formar la institución de la familia era levantar una generación de hombres y mujeres que tuvieran Su mismo carácter. La palabra declara en Malaquías que Dios "buscaba una descendencia para El". La destrucción moral y espiritual de las próximas generaciones estaba en los planes del príncipe de este mundo. Hoy nosotros ocupamos como hijos de dios un lugar mas alto del que ocupaba satanás antes de su rebelión. Es por esta razón que persigue al hombre y su descendencia. Tenemos que aceptar la responsabilidad que como padres no hemos hecho la labor de capacitar y discipular a nuestros hijos y prepararlos para que esta maldición no continúe.

 

     En Jesús conocimos la comunión y la verdadera relación con el Padre. La revelación de la paternidad de Jesús con el Padre es el nivel más alto de la comunión porque cuando sus discípulos le pidieron que les mostrara al Padre El les dijo: "El que me a visto a mi, ha visto al Padre. La comunión que existía entre ambos era tn perfecta que todo lo que Jesús decía era porque le había oído de su Padre. Creemos fiememente que este es el lugar de comunión y relación donde el Espíritu nos quiere llevar en esta hora, es un lugar donde nos unimos a Dios en un espíritu como declara la Escritura.

 

     El discipulado requiere que pasemos a los discípulos todo aquello que hemos aprendido y demostrado con nuestras vidas para que como el apóstol Pablo a su hijo Timoteo podamos declarar:

 

"Tu, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

Lo que has oído de mi ante muchos testigos,, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos

para enseñar también a otros." 2 Timoteo 2:1-3

 

     Nuestra obligación es levantar una generación de obreros aprobados que no tendrán nada de que avergonzarse, al contrario, serán una GENERACION DE CONQUISTA, PROFETICA Y GUERRERA QUE SERAN LLAMADOS LOS VALIENTES Y LOS CONSAGRADOS DE JEHOVA.

 

 

 

 

    

  

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